Si decimos
que hemos hecho una ruta de poco menos de 10 kms. suena a paseíto, pero no es
este el caso, vaya rutita !!!!!!!!. 
Primera del
año y una vez más se nos une Zemi, todo un lujo tenerlo de compañía en  la montaña,  a la supuesta ruta “facilita” en Sierra
Mágina, Desde la localidad de Torres accedemos a la zona de acampada de
Hondacabras, idílico lugar.  Como
objetivos tenemos a los cerros de la Sillita, de Enmedio y el impresionante
Monteagudo. Dirección norte empezamos colándonos entre un olivar y sin calentar
subidita de aúpa, una vez fuera del olivar nos introducimos en un inmenso y
bonito pinar que sin sendero ni camino vamos subiendo. Salimos a una inmensa
llanura que nos vuelve a meter en otro frondoso bosque donde la subida se
acentúa aún más hasta llegar al cerro de la Sillita ( 1441 m.). Ya teníamos
ante nosotros en la cara norte al Aznaitin dónde subimos 13 meses atrás y al
sur nuestro siguiente destino, el cerro de Enmedio para el cual bajamos a un
collado y superar unos 100 metros de desnivel para llegar a este bonito cerro (
1549 m.) donde lo adorna un  pequeño pero
coqueto refugio de piedra en perfecto estado de conservación. Ante nosotros al
sur ya tenemos una preciosidad de montaña de esas que no pasan inadvertidas, el
Monteagudo, majestuosa, perfecta silueta cuando te quedas mirándola te está
susurrando, súbeme, súbeme. A su espalda ya aparecían las grandes moles de una
de las cuerdas de dos miles de esta sierra. Toca la última cima donde bajamos  a un cautivador collado que divide los cerros
de Enmedio y Monteagudo. Ya sabíamos de antemano que esto iba a ser lo más
complicado. Empezamos a cruzarlo de norte a sur a media loma intentado seguir
la curva de nivel, ya el ir por un terreno empinado era complicado pero el piso
lo hacía peor aún, nos topamos con una valla natural de coscojas que nos
impedían el paso, para seguir teníamos que perder altura cosa que no estábamos
dispuestos así que tuvimos la “ brillante” idea de tirar ” to parriba “, nos
quedaban 170 m. de desnivel casi vertical. Comenzamos esta mega aventura y
nunca mejor dicho, un paso hacia arriba y dos hacia abajo así subíamos,  el terreno no era malo era ODIOSO de narices,
piedra suelta, cada 5 pasos parecía que se te salía un pulmón, impresionaba
mirar hacia atrás, es decir hacia abajo, después de ver el análisis del trak
subimos por una pendiente del 43 % !!!!!!!!, llegaba algún punto que no sabía
si llorar o reír, horrorosa subida, no sé si la peor, pero creo que pocas como
esta hemos hecho. Si la lengua no se me lleno de tierra es porque iba con la
boca cerrada. Ni pensar que tuviéramos que bajar por aquí, creo que sería casi
imposible, era tal la verticalidad que no se veía la zona donde empezamos la
subida…..y llegamos a la cima !!!!!!!! ( 1684 m. ) aquí la vistas se
multiplicaron  ante nosotros,  el Ponce, Cárceles y Almadén al sur, estos
superan los 2000 metros, al oeste la Sierrezuela de Pegalajar y al norte el
Aznaitin. Eran las 15.30 horas y tocaba comer,  mientras,  comentábamos la horrorosa, difícil y
complicada  subidita que acabamos de
hacer. Y como no,  dado el día que era
Zemi se trajo un rosco de reyes el cual casi nos zampamos entero mientras
estudiamos desde aquí arriba la próxima subida que vamos a hacer al Ponce y
Cárceles en un par de meses que la verdad la subidita por el barranco se
presenta jartá  de complicada. Iniciamos
la bajada con la satisfacción de lo conseguido, pero esto aún no había acabado,
vaya bajadita, jajajajajaja, no podías dejar de mirar abajo, dado por el pedregal
por dónde íbamos, y a mi me toco dármela, en la caída se me partió un bastón,
gajes del oficio. Una vez ya en la cabecera del 
Cordel de las Víboras nos quedamos más satisfechos de por donde subimos
al Monteagudo pues si la hubiéramos hecho lineal la subida y la bajada se nos
hubiera hecho eterna. Me sorprendió  lo
bonita que era la zona por donde volvíamos,  pegados al arroyo de las Víboras, precioso
bosque donde por fin dimos con un sendero, desembocamos en una pista que nos
devolvería al coche.
Aún siendo
solo 9.600 metros de recorrido, superamos un desnivel de 767 metros, corta pero
espectacular Primera del año y una vez más se nos une Zemi, todo un lujo
tenerlo de compañía en  la montaña,  a la supuesta ruta “facilita” en Sierra
Mágina, Desde la localidad de Torres accedemos a la zona de acampada de
Hondacabras, idílico lugar.  Como
objetivos tenemos a los cerros de la Sillita, de Enmedio y el impresionante
Monteagudo. Dirección norte empezamos colándonos entre un olivar y sin calentar
subidita de aúpa, una vez fuera del olivar nos introducimos en un inmenso y
bonito pinar que sin sendero ni camino vamos subiendo. Salimos a una inmensa
llanura que nos vuelve a meter en otro frondoso bosque donde la subida se
acentúa aún más hasta llegar al cerro de la Sillita ( 1441 m.). Ya teníamos
ante nosotros en la cara norte al Aznaitin dónde subimos 13 meses atrás y al
sur nuestro siguiente destino, el cerro de Enmedio para el cual bajamos a un
collado y superar unos 100 metros de desnivel para llegar a este bonito cerro (
1549 m.) donde lo adorna un  pequeño pero
coqueto refugio de piedra en perfecto estado de conservación. Ante nosotros al
sur ya tenemos una preciosidad de montaña de esas que no pasan inadvertidas, el
Monteagudo, majestuosa, perfecta silueta cuando te quedas mirándola te está
susurrando, súbeme, súbeme. A su espalda ya aparecían las grandes moles de una
de las cuerdas de dos miles de esta sierra. Toca la última cima donde bajamos  a un cautivador collado que divide los cerros
de Enmedio y Monteagudo. Ya sabíamos de antemano que esto iba a ser lo más
complicado. Empezamos a cruzarlo de norte a sur a media loma intentado seguir
la curva de nivel, ya el ir por un terreno empinado era complicado pero el piso
lo hacía peor aún, nos topamos con una valla natural de coscojas que nos
impedían el paso, para seguir teníamos que perder altura cosa que no estábamos
dispuestos así que tuvimos la “ brillante” idea de tirar ” to parriba “, nos
quedaban 170 m. de desnivel casi vertical. Comenzamos esta mega aventura y
nunca mejor dicho, un paso hacia arriba y dos hacia abajo así subíamos,  el terreno no era malo era ODIOSO de narices,
piedra suelta, cada 5 pasos parecía que se te salía un pulmón, impresionaba
mirar hacia atrás, es decir hacia abajo, después de ver el análisis del trak
subimos por una pendiente del 43 % !!!!!!!!, llegaba algún punto que no sabía
si llorar o reír, horrorosa subida, no sé si la peor, pero creo que pocas como
esta hemos hecho. Si la lengua no se me lleno de tierra es porque iba con la
boca cerrada. Ni pensar que tuviéramos que bajar por aquí, creo que sería casi
imposible, era tal la verticalidad que no se veía la zona donde empezamos la
subida…..y llegamos a la cima !!!!!!!! ( 1684 m. ) aquí la vistas se
multiplicaron  ante nosotros,  el Ponce, Cárceles y Almadén al sur, estos
superan los 2000 metros, al oeste la Sierrezuela de Pegalajar y al norte el
Aznaitin. Eran las 15.30 horas y tocaba comer,  mientras,  comentábamos la horrorosa, difícil y
complicada  subidita que acabamos de
hacer. Y como no,  dado el día que era
Zemi se trajo un rosco de reyes el cual casi nos zampamos entero mientras
estudiamos desde aquí arriba la próxima subida que vamos a hacer al Ponce y
Cárceles en un par de meses que la verdad la subidita por el barranco se
presenta jartá  de complicada. Iniciamos
la bajada con la satisfacción de lo conseguido, pero esto aún no había acabado,
vaya bajadita, jajajajajaja, no podías dejar de mirar abajo, dado por el pedregal
por dónde íbamos, y a mi me toco dármela, en la caída se me partió un bastón,
gajes del oficio. Una vez ya en la cabecera del 
Cordel de las Víboras nos quedamos más satisfechos de por donde subimos
al Monteagudo pues si la hubiéramos hecho lineal la subida y la bajada se nos
hubiera hecho eterna. Me sorprendió  lo
bonita que era la zona por donde volvíamos,  pegados al arroyo de las Víboras, precioso
bosque donde por fin dimos con un sendero, desembocamos en una pista que nos
devolvería al coche.
ruta por
esta maravillosa sierra Mágina
 
 
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