Jueves santo, seguimos encarcelados en la provincia. Preparamos una ruta “cortita” para el sábado hacer una mayor.
Nos vamos a Algatocin para subir a su sierra. Sobre las 11 dejamos el coche en la parte alta del pueblo y carretera arriba vamos para subir por un carril asfaltado con una fuerte pendiente e inmejorables vistas sobre parte del valle del Genal.
Estamos en la falda de la sierra donde se encuentra una enorme pila donde por encima hay una valla la cual está preparada para saltarla, que conste. Empezamos a subir, sobre nosotros tenemos el Cancho del Fraile, preciosa imagen la que tenemos de él desde debajo de este torcal. Como cabía de esperar, sendero… sendero, no hay, algún pateito de cabras de vez en cuando, nos encontramos con un dibujo en el suelo hecho de piedras, qué curioso, jamás había visto algo así en la montaña, por otro lado el terreno era horroroso, entre pinchos de todos tipos y las piedrecitas escondidas bajo los matorrales no había forma de avanzar. Hasta que salimos y nos situamos ya encima de la caliza, vamos siguiendo sobre la curva de nivel para encaramar la subida pero ……. Vallas !!!!!!!!, y que vallas, casi se necesitaba una pértiga, estaban colocadas a conciencia, así que desistimos y nos volvimos por nuestros pasos, pero ya que estábamos allí decidimos rodear el cancho por su cara oeste, subimos pegados a su base, medio trepando continuamos subiendo y no encontramos impedimento alguno, que sorpresa !!!!, y seguimos hacia arriba y como no, estaba la misma valla que desistimos abajo y que sube hacia arriba, pero aquí estaba rota así que pasamos y llegamos al punto más alto de este bonito Cancho del Fraile ( 1069 m.) espectacular torcal, no me lo esperaba. Impresionantes vistas a sus 360 grados. Bajo nosotros dirección este tenemos una inmensa dolina a la que la gente del pueblo le llama el campo de fútbol donde también había un dibujo hecho de piedra en el suelo, parecía ser un pez. La dichosa valla continuaba por la cara norte pero no nos impedía seguir hasta la siguiente cima, el punto más alto de esta sierra donde los mapas antiguos le dan el nombre de Sierrecilla ( 1076 m.), que es nombre que recibe todo el conjunto de la sierra y como no había impedimentos seguimos, de frente teníamos al Tajo Bermejo o Poyato como viene en los mapas y al imponente Peñón de Benadalid. Y por último subimos al Charco, nombre que le dan los mapas ( 1065 m. ) . Y aquí llega el dilema, seguimos o nos volvemos, la valla no la veíamos por ningún lado, decidimos continuar, el problema es que si volviésemos a topar con la valla y esta fuera infranqueable habría que retroceder lo andado. Comenzamos la bajada y no había valla alguna, así que seguimos hasta llegar a una pista no antes de saltar una valla semi-caida que no tiene nada que ver con la otra, la cual no volvimos a ver, ya solo quedaba llegar a la carretera así que paramos para comer bajo un árbol. Y lo que creíamos que iba a ser unos 600 metros de paseo, pues no, no fue. Primero justo en la pista una doble portilla cerrada a cal y canto a conciencia, aprovechando que no había nadie las pasamos una de ellas tuvimos que hacerle el arakiri, no había quien quitara los dichosos nuditos, por fin veíamos la carretera y al doblar la última curva…… una casa, manda cojones, justo a pie de carretera, nos recibieron dos perritos enrabietados a todo esto sale una persona por la ventana advirtiéndonos que tuviéramos cuidado con un enorme mastín que no vimos ya que estaba en una caseta pero amarrado con una cadena ya que este mordía, a todo también sale una persona mayor y ni la oímos lo que nos decía nos quitamos de allí lo antes que pudimos. Andamos como medio kilometro de carretera y pasamos por parte del sendero de las Pilas , un ñoño paseo apto para todos los públicos con bonitas vistas que nos introduce en el pueblo el cual aprovechamos a visitar.
Ruta de 9 kms y de y de 573 m. de desnivel
















 
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