Dos años y dos meses después retornamos a una de nuestras sierras favoritas, la de Arana ( Granada ) y una vez más partimos de la encantadora aldea de Sillar Baja, lugar donde parece que el tiempo se detiene. La idea de hoy es coronar la Buitrera y el Bogarre. La ruta se antoja larga ( 24 Km.) pero con mucha pista. A las 10.15 horas iniciamos la marcha dirección norte para buscar algún paso por la inmensa cordillera o digámosle, plataforma, de más de 14 km. que va desde los tajos de la Campana hasta el cerro Jinestral. Nosotros vamos a subir por los Tajos de la Carihuela donde nos plantamos en su base en 45 minutos, belleza extrema la de estos farallones. Encontramos un canuto por donde trepamos sin mucha dificultad hasta subir a un inmenso “mar“ kárstico, el día estaba fresquito a pesar de la fecha en que estamos, seguimos la marcha dirección este pegados a los tajos, pero era casi imposible seguir por ellos, así que nos adentramos un poco siguiendo las veredas de cabras y nos encontramos con un gran impedimento…..vallas !!!!!!!, empezamos a bordearlas hasta que encontramos un lugar donde estaban caídas, mirando en mapa vemos que estamos en la finca los Beatos, el problema sería como estaría la valla por donde queremos salir, así que decidimos improvisar la ruta, aún dentro de la finca caminamos por una pista, el lugar era feo de narices, ésta se dirigía a unas casas de las que me daba la impresión que estaban abandonadas pero la verdad no teníamos ganas de que nadie nos llamara la atención por andar en zona privada. Antes de llegar a las casas salimos por el primer hueco bueno que encontramos en la valla. Ahora estamos en tierra de nadie, toca tirar de mapa. Decidimos dejar la subida al Bogarre que es el que más lejos estaba y a la vez el que menos nos interesaba ya para llegar a él todo era pista. Cambiamos el rumbo ahora vamos al oeste andando como las cabras y nunca mejor dicho por medio de una “estepa” kárstica. A lo lejos divisamos la Giganta y nuestro destino, la Buitrera. Después de 4 Km. por un terreno horroroso y sin senda alguna llegamos al collado de Pedro Andrés, son de esas vistas que te dejan atónito. A la izquierda en lontananza asomaba el Majalijar con su peculiar figura, Peña de la Cruz, techo de esta sierra, Cabeza del Caballo , cerro Jinestral, los tajos de la Medialuna y Calar Seco y a la derecha la majestuosa Giganta. Después de saborear estas impresionantes vistas retomamos buscando nuestro destino, pasamos por un laberinto de unas inmensas moles de piedra, pegado a los paredones se veían lo que podían ser corraletas pero la dejamos para la vuelta que tendríamos que volver a pasar por aquí, ya arriba subimos pegados a los tajos que cortan el hipo cuando miras hacia abajo es todo una gozada y así, hasta llegar al punto más alto de la Buitrera 1682 m., como no, aquí paramos para comer a pesar del aire frío.
Los colosos de Sierra Nevada estaban tapados por las nubes, teníamos a la vista la sierra de Baza, el Jabalcón y los Badlans de la Hoya de Guadix.
A las 15.30 horas retomamos la marcha de vuelta también pegados a los cortados vamos de bajada ahora vamos a husmear las corraletas muy bien cuidadas por cierto que nos dejamos antes atrás. Estamos en uno de los lugares que te sientes a gusto y no quieres irte, notas que hay algo positivo allí. Antes de volver a pasar por el collado de Pedro Andrés nos encontramos bajo una gran piedra cercada por una pequeña alambrada una cruz y una placa ambas de mármol donde parece ser están las cenizas de alguna persona con fecha del 5 mayo del 2010, le colocamos en su sitio unas flores de plástico que estaban caídas, en placa ponía “ aquí volaron las ilusiones de un hombre bueno y generoso” y en la lápida del suelo “ tus amigos y bibis no te olvidan”. La verdad es que esta persona descansa en lugar mágico.
Ahora toca de nuevo tirar de mapa para buscar la bajada por el Tablazo, un canuto donde hace dos años subimos con nuestro club, Comando Preston, vamos por la cañada Real del Rey, bueno…. Aquí no queda rastro alguno de este camino de antaño, volvemos a caminar por terreno malo malo hasta que llegamos al canuto que buscábamos. Por una pedrera primero y luego una vereda llegamos a la pista, y tras dos km. por un precioso camino llegamos de nuevo al pueblo.
Ruta de casi 14 km y un desnivel de subida de 649 metros.
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