De nuevo en la sierra de las Nieves para ir completando esos rinconcitos que nos faltan por ver. Desde el aparcamiento del Llano de la Laguna comenzamos por el camino de Parauta a Tolox, conforme avanzamos a la derecha tenemos la cuesta de las Lajas y el cambullón de Velez, por encima de ellos se alzan el Abanto y Alcojona. Más adelante a la derecha nos damos con un cortijo de piedra, es la majada de Paco Agüera. A los 4.5 kms dejamos la pista y por un senderito a la izquierda empezamos el ascenso. Pronto vamos cogiendo altura, llegamos al puerto de la Perdiz y a partir de aquí nos adentramos en la loma de las Batallas. Seguimos en ascenso y por algunas zonas el sendero se empieza a perder por la maleza. Arriba a la izquierda tenemos una gran pared con algunas oquedades, se le conoce como la Mesita. Bajo nosotros a la derecha atraviesa el arroyo Pilones. Poco más adelante en la otra vertiente tenemos un precioso rincón donde ese encuentra la cueva de la Yedra y sobre esta los bonitos tajos Bermejo. Llegamos al pinsapar de la Yedra, en un principio la idea era seguir campo a través por el arroyo de Pilones pero el gps perdió cobertura y empezamos a subir, a subir entre pinsapos y más pinsapos, sin querer nos metimos en un lugar encantador. estábamos bajo el cerro de las Batallas, alguna que otra oquedad nos encontramos, hasta que por finnnnnn ¡!!!!! volvió la cobertura al gps, estábamos a hacer puñetas de donde queríamos pasar, habíamos subido una jartá. Toca decidir, total que ya metidos en al ajo y debido a los días tan cortos decidimos seguir la subida hasta la Alcazaba. Primero tocó trepada y después por una empinadísima cuesta y por donde mejor se pudiera empezamos a subir, hubo tramos de un 32% de desnivel, hasta que por fin llegamos a la Alcazaba donde comimos bien abrigados. Hasta ahora habíamos tenido un magnífico día. Se veía perfectamente Gibraltar y hasta sus monos. Empezaron a llegar nubes, ya el Torrecilla desapareció, iniciamos la bajada por la meseta de Quejigales hasta llegar al puerto de los Pilones. Son las 5 de la tarde, bajamos por la pista dirección suroeste, las nubes empezaban a bajar, era todo un espectáculo visual lo que teníamos a nuestro alrededor. Antes de llegar a la carretera que va a Quejigales y para cortar camino nos adentramos en la cañada del Campanario, son las 6 de la tarde y no teníamos ni zorra idea con lo que nos íbamos a encontrar, sino acortamos tenemos que meternos 6 kms. de pista, la niebla iba bajando poco a poco. Los primeros 300 metros más o menos estaban pasables habiendo buen paso y por fin vimos allá abajo la pista el sol empezaba a ocultarse, el cielo se tiñó de naranja, quien no se paraba a echar una foto. El tramo que nos quedaba era horrorosamente malo, entre el matorral y las piedras no podías dejar de mirar al suelo, parecía que nunca íbamos a llegar, diez minutos después de la puesta de sol llegamos. Parecía que la nubes nos estaban esperando a que bajásemos de aquella horrible cañada, fue llegar abajo y engullirnos la niebla, de pronto se hizo noche cerrada, menos mal que estábamos a tan solo 1.5 kms del coche. Entra la niebla y las siluetas de las ramas de los árboles parecía un lugar fantasmagórico, a unos 200 m. del coche vemos venir un coche con muchas luces, era un guarda forestal que me preguntó si el coche del aparcamiento era nuestro y si habíamos tenido algún problema. Y llegamos por fin a las 19.10 horas la subida con el coche la tuvimos que hacer casi todo el recorrido hasta con el enlace de la va a Quejigales en primera debido a la intensidad de la niebla. Cuando llegamos al cruce habían dos coches de forestales, estaban esperando a que saliéramos de allí, fue llegar y se fueron uno delante y otro detrás nuestra, es decir escoltándonos, todo un DETALLE.
Rutita de 17 kms. y 808 metros de desnivel de subida
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