La ruta perfecta, así llamaré a este grandioso día que hemos
tenido en Sierra Nevada donde
utilizando el argot ciclista diríamos
que hemos ascendido a tres puertos de primera categoría.
A las 10.15 horas desde la Hoya de la Mora salimos Isabel, Inma, Eliseo,
Julio y el que escribe, la ruta ya la conocíamos pero nos faltaba conocer un
enlace. Comenzamos caminando por detrás del refugio militar y nos adentramos en
el barranco de San Juan con una magnífica temperatura, buen día y algunas nubes
que adornaban el cielo, aún baja agua por los arroyos, los borreguiles están
esplendorosos adornados por las Estrellas de las Nieves, conforme avanzábamos
la subida se iba haciendo más empinada hasta que llegamos adonde teníamos que
pegar la dura cuesta final y la primera
subida, al llegar a la cresta conocida
como el Tanto de Manolico donde nuestros anfitriones nunca habían estado y
quedaron maravillados de tan impresionantes
vistas hacia el Corral del
Veleta, Mulhacen, Alcazaba, los Machos, etc, etc., visita al monumento a
Susana, que por cierto aún no he encontrado por ningún lado la historia de
dicho monumento. Tras un breve descanso y multitud de fotos le toca el turno a
uno de los platos fuertes del día, el Veredón Inferior, ese paso que te deja
boquiabierto por muchas veces que lo hayas hecho, comenzamos la bajada con gran
respeto a cada paso que dábamos algunos pasos te cortan la respiración. Una vez
en las Trancadas del Guarnón lo cruzamos para dirigirnos al comienzo del
segundo puerto de primera categoría, nosotros ya sabíamos a lo que nos
enfrentábamos, dura, durísima cuesta hasta con tramos de un 47% de pendiente, y
otro mirador de esos que “ enamoran “,Collado de Beta Grande, para recrearse, estamos entre el corral de Valdeinfiernos y la cabecera del Guarnón,
eran las 15 horas aun quedaba un largo camino por recorrer, aquí paramos para
comer la subidita se llevo gran parte de nuestras fuerzas. Y otra vez a bajar,
ahora nos adentramos en el majestuoso Corral de Valdeinfiernos cuyas aguas y
las del río Valdecasillas forman el rio Real desembocando en el Genil, pasamos
bajo mirada de dos tres miles, Los Machos y Beta Grande, andamos bajo sus
paredes, damos con la primera laguna al cual no tiene nombre oficial, ahora
eran los Crestones de Rio Seco los que nos oteaban a nuestro paso. Llegamos a
laguna Galbata y justo encima aparece laguna Larga, con sus aguas transparente
situada en un idílico lugar. Parece que estuviéramos ayer y hace ya dos años
cuando dormimos pegado a la orilla de esta laguna, nos quedamos un buen rato,
sería un pecado irse de aquí sin saborear tan mágico lugar. Ahora toca el
tercer puerto de primera categoría y más duro de la ruta y le añadimos que esta
es la parte de la ruta que no conocíamos. Desde la misma laguna empezamos
dirección sur la cuestecita, el llevar de frente a los Crestones y si volvía la
mirada atrás veías las dos lagunas, todo esto te hacía la dura, dura, dura
subida más llevadera, así llegamos a otros de los puntos mágicos del día, el
Mirador de Ferrer, mirador natural del cual no diré nada, quien quiera saber
que venga, merece la pena, a partir de aquí nos quedan unos 500 metros para
llegar al peaje, vaya 500 metros !!!!!!!, había pasos que te hacía contener la
respiración, sendero muy estrecho junto a un mareante barranco, y por fin
llegamos a la autopista, salimos justo delante de las lagunas de Rio Seco, nos
falta el colofón final, el paso de los Guías, Isabel y Eliseo no lo conocían,
justo a los pies de dicho paso había un gran nevero a la fecha que estamos,
había que pisar bien y clavar el bastón para no irte “ pabajo “ una vez más y
si no me equivoco van ocho veces lo volvimos a disfrutar como el resto del
personal. Ya en el refugio de la Carihuela hicimos otro descansito para
recobrar fuerzas para la tediosa bajada hacia la Hoya de la Mora, todavía
quedaban dos espectáculos por ver antes de la llegada, una puesta de sol de “
ensueño “ y justa a continuación la salida de la luna llena.
Llegamos al coche con noche cerrada eran 21.27 horas, rotos,
desarmados, sin aire pero eso si con la satisfacción de haber realizado una
ruta que podemos “enmarcarla “ y más satisfacción la mía que llevaba meses
estudiándola paso a paso para que diera tiempo de hacerla en un día, por eso la
he llamado LA RUTA PERFECTA.
Ruta de 20 kms. y 1428 metros de desnivel acumulado
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