Tres años después volvemos a la sierra de Baza y también como la última vez a la aldea de las Juntas para acabar la ruta que la nieve no nos dejó terminar.
Los objetivos eran los calares de San Sebastián y Descabezado. A las 10.50 horas empezamos desde la misma aldea (1425 m.) y tal como lo hicimos la anterior vez subimos campo a través por la empinada cuesta de la Redondilla, los álamos ya van cogiendo el color ocre. Cogemos altura, van apareciendo las grandes moles de esta sierra de Baza, al norte el Picón de Gor, delante de éste los calares de las Torcas y de las Grajas y al este el calar de Tejoletos. Con una agradable temperatura llegamos a las ruinas del Cortijo de la Redondilla, en 15 minutos enlazamos con una pista que la andamos unos 5 kms, la dejamos y nos metemos en una vaguada, una pedrera total, aquí empieza la montaña de verdad, empezamos a ganar altura hasta que casi al final de la vaguada nos salimos dirección oeste hasta llegar a una zona llamada las Riscas de las Mesas que como no, campo a través nos llevará hasta los más alto del Calar de San Sebastián (2165 m.). El viento empezó a subir de tono, aparecieron unos negros nubarrones que le dieron un gran colorido a las fotos, nos resguardamos del aire y paramos para comer. Parecía como si el mundo se hubiera detenido, aparte de estar completamente solos no se oían ni a los pájaros. Frente a nosotros teníamos al Calar de la Rapa, segunda altura de esta sierra y como ya lo subimos lo obviamos pero para eso teníamos que aventurarnos a bajar sin saber lo que nos encontraríamos por el barranco de los Murciélagos. Nos arriesgamos y tiramos “to pabajo” por medio de la vaguada, sorteando las ramas de los pinos, la sabinas rastreras que a veces se “comían” toda la vaguada teniéndola que sortear subiéndote al bosque de pinos y así hasta llegar a enlazar con el trak que campo a través nos iba a llevar al segundo objetivo del día, el Calar del Descabezado (2029 m.), los nubarrones empezaban a desaparecer poco a poco, la temperatura seguía siendo una delicia, bajamos por una incómoda pedrera hasta enlazar con la pista que en 6 kms. nos llevaría de vuelta al coche, pasamos por una enorme fuente, por las ruinas de las Casas de Don Diego donde a sus pies hay un área recreativa la cual el ocre de la hojas de los álamos le dan un colorido muy especial, a escasos 2 kms. de la llegada nos viene la gran sorpresa del día, tuvimos un ocaso de PELÍCULA, apocalíptica imagen que teníamos ante nosotros, las nubes se tiñeron de un naranja intenso que nos dejó anonadados, un espectáculo de los que no se olvidan, esto nos retrasó una media hora. Llegamos al coche justo cuando la noche se cerró. No nos vamos de esta inmensa sierra con una ruta menos, sino con dos más ya que durante el trayecto me saqué de la chistera otras combinaciones.
Han sido 9 horas de ruta con un desnivel de subida de 1045 metros.
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