Seis años y medio después volvemos a subir al Cabañeros, tercer techo de la sierra Almijara. En aquella ocasión la niebla nos jugó una mala pasada y no tuvimos vista alguna.
Esta vez lo vamos a hacer más a lo grande, subiendo también al Lopera, nos acompaña nuestro amigo Jose de La Línea al que hacía ya cinco años que no veíamos.
A las 10 de la mañana desde la misma carretera de la Cabra iniciamos la ruta en busca del Lopera que lo tenemos bastante cerca y a la vista. Entre senderos y cortafuegos nos plantamos en una hora en su cima ( 1485 m.). Impresionante mirador natural sobre las caras nortes de las grandes cumbres de esta sierra, Navachica, Lucero, Cabañeros, Piedra Sillada etc. Allí se encuentra una caseta forestal donde estuvimos charlando con el guarda como 20 minutos, nos estuvo contando las penurias que les hacen de pasar.
Y ahora a bajar, pero bajar, bajar, por un senderito semi perdido y una verticalidad acojonante, íbamos poquito a poco. Una hora y cuarto tardamos en pisar la pista que buscábamos. Por fin !!!! tierra firme. Se nota la llegada del otoño, el ocre de los álamos y chopos dan un bonito colorido al recorrido. Pasamos por el cortijo de la Almijara, abandonado, como no. Cruzamos por primera vez el arroyo de las Golondrinas con la sorpresa de que lleva agua. Pasamos por cueva Colica y su cortijo al cual le dimos la vuelta, no entré a curiosear porque íbamos mal de tiempo. El sol empezaba a “picar” más de la cuenta. Ya estamos delante de nuestro objetivo, el Cabañeros, hoy, sí que vemos en todo su esplendor toda la crestería. Son las 14 horas, vamos tarde, no, muy tarde pero ya estábamos allí así que “parriba”, tenemos que superar casi 400 metros de desnivel en menos de 1 kilometro. Cuanto más subíamos más apretaba el sol, lo peor es que los 3 íbamos cortos de agua, esta temperatura no era lo que había en las previsiones. Terreno no apto para cualquiera que no esté acostumbrado a andar sobre piedras. La subida era un vaivén ayudándonos de las manos en más de una ocasión. A nuestra izquierda tenemos el cerrillo del Gallo separado del Cabañeros por el collado de la Víbora. Y el sol seguía apretando. A mí en particular, el calor me destrozó, subía echando sapos y culebras pero no por ello dejaba de disfrutar en mi interior porque sabía la recompensa que me esperaba,
A las 16 horas hicimos cumbre en el gran olvidado de esta sierra, el Cabañeros, quizás sea una de las cresterías más bonitas que se pueda hacer en Andalucía. Aquí paramos para comer, mejor salón no se puede tener. Estamos en medio de la nada, solos, no se oía ni el piar de un pájaro. Esta vez sí pudimos disfrutar de este espectáculo visual que nos regala esta cima, Salto del Caballo, Piedra Sillada, la Cadena, los Machos, Lucero, Navachica, Barranco del Pino. Toca bajar son las 16.40 horas y sabíamos lo que nos esperaba. Desde la cima se veía toda la cresta hasta la pista. Como no la bajada fue de las que te dejan las rodillas temblando. A las 18 horas estábamos de nuevo en la pista. Nos quedaban unos 11 kms. para volver al coche y casi sin agua, la cogimos nada más ver el arroyo de las Golondrinas y menos mal, porque ya no volvimos a ver ningún sitio donde poder cogerla. Pasamos por el cortijo Cabañeros al cual solo le quedan cuatro paredes en pie, una vez pasamos este nos encontramos una gran balsa de agua y aquí empezamos a subir, a subir y a más subir. A las 20.15 horas echamos manos de los frontales aunque tenía el recorrido estudiado había un tramo que no lo tenía muy claro. Andar de noche en pleno bosque es como si estuvieras viviendo una película de terror. Llegamos al punto donde ya no hay pista, menos mal que el sendero esta en bastante buen estado y limpio hasta que dimos con el trak que de la ida y de ahí al coche al que llegamos a las 21.30 horas, reventados.
Han sido casi 24 kms. y un desnivel de subida de 1323 metros. A pesar de haber mucha pista y grandes senderos la ruta ha sido de una belleza extrema, eso sí, no sé si volveré
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