LA RUTA PERFECTA, así denomino a ésta que hemos realizado este 18 de diciembre en el Parque Periurbano de la Sierra en Jaén. Por primera vez este año nos vamos a la tierra del Santo Reino. Son de esos días que te encuentras con un impedimento tras otro pero al final se van resolviendo sobre la marcha. Para dirigirnos al área recreativa Cañada de las Hazadiilas ponemos el gps en el teléfono, claro este nos lleva por el sitio más corto, primer impedimento del día, control de la guardia civil, solo faltó que nos pidieran la partida de nacimiento y sin embargo no me hicieron el control de alcoholemia, perdimos casi 20 minutos. Sabía que teníamos que pasar por el pueblo de Otiñar, pasamos Carchalejo y nos mete por una horrorosa pista llena de piedras y charcos, media vuelta y dejamos el coche a pie de carretera. No nos cuadraba donde estábamos, aunque había un cartel que nos indicaba el camino hacia el área recreativa, pero seguía sin cuadrarnos. Sobre las 10 iniciamos la caminata. Llevamos hasta 3 traks de la ruta y al kilometro andado vemos que nos vamos acercando a ellos, al mirar en el mapa nos damos cuenta que no hemos entrado por donde queríamos y vamos a coger el trak en lo que supuestamente es casi el final de ruta. Una vez enlazados con ellos nos metemos en el arroyo del Fresno metidos en un denso y bonito pinar con un marcado sendero en bajada hasta que llegamos al Aula de la Naturaleza de la Cañada de las Hazadillas donde a su vez está el área recreativa, por cierto muy bonita al igual que todas las que hemos visto por la provincia de Jaén. Paramos para tomar el plátano sentados en uno de sus bancos, desayunamos en Málaga a las 7 de la mañana así que ya tocaba echarle algo al cuerpo. Después de curiosear por los rincones del área cogemos un sendero por medio del bosque que nos llevará hasta Puerto Alto, para evitar los zigzagueos de la pista vamos atrochando por las vaguadas para cortar camino. Llegados al collado de la Culebra y nos desviamos para ir al mirador del Campanario. Desde aquí vemos en todo su esplendor a la Pandera, Bermejuela y al noroeste la muralla pétrea que forma la sierra de Propios, espectacular, quizás la estampa más bonita del día. Volvemos al collado de la Culebra, el ascenso se hacía más pronunciado, así hasta que llegamos a Puerto Alto (1461 m.), aún nos quedaba casi 200 metros para llegar a la cumbre, ahora campo a través vamos buscando la base de los farallones que tenemos ante nosotros, los traks que llevamos cada uno tira por un sitio distinto. Miramos y remiramos buscando el mejor paso, aquí ya sabemos que el gps sirve de poco. Otro de los impedimentos, toca trepada, al ser cara norte estaba todo muy húmedo, tras un primer intento fallido, encontramos un paso que parecía tener buenos agarres y a duras penas pudimos llegar a la cresta de la sierra de Grajales, ahora toca hacer la crestería hasta llegar al punto más alto donde veíamos el vértice a unos 600 metros. Preciosa crestería, con un viento gélido llegamos a la cima del Grajales (1658 m.). Las nubes altas no nos dejaron de ver las montañas de los alrededores. Vamos a buscar un sitio para resguardarnos del aire para comer. Tampoco contaba con la bajadita que nos esperaba, por un áspero terreno kárstico tenemos que ir sorteando todas las piedras sueltas para no pegárnosla, horroroso terreno pero a la vez una delicia seguir disfrutando de esta cresta y la vistas sobre el Morrón del Fresno que teníamos ante nosotros en la bajada. Una vez superada la zona kárstica toca otra “alegría”, aulagas y todo matorral del que pincha nos cierran el paso, aquí pasa lo mismo que en la subida cada trak tira por un lado distinto y nosotros, también, a duras penas vamos sorteando los dichosos matorrales, cuando ya tenemos a pocos metros la llegada al collado tenemos que volver a improvisar, nos topamos con una “muralla” de pinchos que te decían, “por aquí no pasáis”, cogimos un poco de altura y dimos con un paso sorprendentemente limpio que nos mete en el Puerto de la Hiruela. Estamos en un lugar de una gran belleza, con un cielo encapotado y sin oír ni siquiera a un pájaro. Daban ganas de quedarte aquí un buen rato pero eran las 5 de la tarde, solo una hora de luz solar nos queda, pero siempre están los benditos frontales. Aunque supuestamente lo que nos quedaba era un paseo, no nos fiamos, ya tenemos experiencia de toparnos en estos “paseos” con vallas. Reanudamos la marcha por la vereda de Pegalajar, una bajada plácida y tranquila entre la sierra de Grajales y el Morrón de del Fresno, pasamos por la pila del Barranco del Fresno y al llegar al cortijo Palomares tenemos de frente uno de esos ocasos que te dejan perplejo, ver como se ocultaba el sol entre los nubarrones tras la Pandera y la Bermejuela, y por fin llegamos a la pista esta vez sin impedimento alguno. Como colofón final aparece la luna llena entre las amenazantes nubes. A las 18.15 horas estábamos en el coche.
Ruta de 17 kms. y 900 m. de desnivel de subida más 400 km. de carretera. Sin duda alguna ha sido una ruta 5 estrellas.
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