La pedanía de Fuentes de Cesna surgió a mediados del siglo XIX cuando se le entregaron diversas tierras a los agricultores de Algarinejo para ponerlas en valor. Las viviendas estaban situadas en la ladera de la montaña, a 800 metros de altitud y a escasa distancia de los manantiales de agua de donde procede su denominación. Este antiguo pueblo, conocido actualmente como «Las Fuentes Viejas», estaba dividido en cinco barrios: Barrio Bajo, Cuevas Altas, Cuevas Bajas, La Trocha y La Asomailla, y estaban distribuidos en torno a tres nacimientos de agua: Fuente de La Plaza, Fuente de Enmedio y Fuente del Caño. Algunos edificios destacables eran un molino harinero, la iglesia y un colegio para niñas y otro para niños.1
Durante la noche del 4 de febrero de 1940 quedó sepultado en parte a causa de un desprendimiento de rocas propiciado por un gran temporal de lluvia que causó la práctica destrucción del pueblo y 19 víctimas mortales, de las cuales tres de ellas siguen desaparecidas. Después de esta tragedia, una quinta parte del pueblo quedó destruida.
No obstante, esta no fue la única tragedia, ya que el 4 de abril de 1963, otro movimiento de tierra y un virulento temporal destruyeron las escasas viviendas que quedaban en la zona, hecho que obligó a poner en marcha un plan para la construcción de un nuevo pueblo en un lugar menos peligroso. Mientras tanto, más de 500 personas fueron desalojadas y trasladadas a la media centena de casas que se mantenían en pie en el extremo del pueblo.
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