Tres años después hacemos una
travesía por Sierra Nevada y la hacemos con el mismo personal de cuando fuimos
al Caballo, Ana, Johanna, Zemi, Carlos, Juanmi y Pepe, nos faltaron tres.
A las 9.30 horas partimos de la Hoya
de la Mora por la tortuosa subida hacia el refugio de la Carihuela donde
paramos para reponernos de los 700 m. de desnivel y cargados hasta las trancas.
Y como no, una vez retomado el paseíto pasamos por el paso de los Guías.
Seguimos por la pista, a todo esto hacia una temperatura excelente. Volvimos a
parar en el Collado de Loma Pelada, ya teníamos a nuestro destino estrella de
la ruta, el Puntal de la Caldera. Continuamos hasta el Collado del Ciervo y
aquí nos salimos de todo sendero, ya como mejor podíamos avanzamos por la curva
a nivel hasta buscar por donde lo subimos Inma y yo cuatro años atrás. Aún
quedaba algún nevero, pero poca cosa. Llegamos a un collado y dejamos las mochilas. A partir de aquí
empieza sin ninguna duda la más bonita subida de los tres miles de Sierra
Nevada, el Puntal de la Caldera. Cada paso en la subida era para disfrutarlo,
aunque no tiene mucha dificultad técnica
no puedes de dejar de mirar a donde pisas, el éxtasis definitivo llega cuando
subes a lo alto de la preciosa cresta,
sin palabras!!!!!!!!!!, andamos por una pasarela de no más de medio metro de
anchura, buuuuufff que pasada, aunque Inma y yo era la segunda vez que subíamos
la disfrutamos como la primera y si a eso le uníamos el personal de primera
categoría que llevábamos el disfrute se hacía mucho más grande. Amplísimo
repertorio fotográfico, el lugar lo merecía y las nubes de evolución diurna les
daban un toque mágico a cada foto.
Después de recrearnos en los 3222 m.
de altura del puntal de la Caldera nos bajamos y comimos donde mismo teníamos
las mochilas. Una vez acabado nos tiramos “topabajo” hasta alcanzar el tres mil
más rojo de Sierra Nevada, el Juego de Bolos ( 3021 m.), impresionante
panorámica del “Rey” y la “Reina”, es decir, Mulhacen y Alcazaba.
Y ya enfilamos directo a nuestro
“hotel” la carga que llevábamos empezaba a ser un tostón. A las 18 horas
llegamos a la quizás sea la más bonita laguna de la sierra, Laguna Larga,
abrazada por los Crestones de Río Seco. Por fin !!!!!!!! me pude quitar la p…. mochila.
Tres tiendas montamos y hubo tres valientes que durmieron en el vivac, Johanna,
Pepe y Juanmi. Una vez acoplados nos fuimos a la vecina laguna Gálbata a coger
agua. En una amplia piedra como si fuera la mesa del Rey Arturo empezamos con
el catering, salchichones, nada menos que tres cayeron, queso, tortilla, jamón,
aceitunas y como no, dos botellas de vino, siempre rodeados de unas cuantas
cabras que se nos acercaban al olor de la comida y así de cháchara hasta que
cayó la noche, la temperatura seguía siendo muy agradable. Aunque a algunos le
sonó a guasa les volví a recordar que a primeras horas de la mañana podría
llover. Ya todos en la piltra a los señores que se quedaron fuera nos empezaron
a dar lecciones de astrología, me da que jamás se habían fijado en una estrella
hasta esta noche, que si la Osa Mayor, que si la Vía Láctea y lo mejor de todo
es que hablaban como si de fueran de verdad, la noche empezó a convertirse en
un jolgorio, niñatos !!!!!!!!!!!, no teníamos compasión de nuestros vecinos
madrileños, Entre Pepe y Juanmi cogieron un mano a mano que a ver quien hablaba
más, pobre Johanna, parecían Epi y Blas , más de una hora de cachondeo nos
pegamos y cuando ya parecía que la noche iba a ser normal y nuestros
anfitriones se callaron, llegó mi pronóstico del tiempo con una horas de
adelanto, al fuerte viento se le unió como diría mi amigo Maldonado, lluvias
dispersas, así estuvo hasta las 5 de la madrugada entre lluvias y fuerte
vientos, a algunos le hubiera venido bien un traje de buzo.
A las siete de la mañana toca diana
con un fortísimo viento que nos hizo tener que desayunar dentro de la tiendas,
tocaba ir gastando la comida que quedaba así que nos jalamos el bizcocho que
Ana llevaba, Pepe seguía comiendo filetes incluso en el desayuno, con razón el
viernes se quedaron en la Línea sin
carne.
A las 9 echamos a volar y nunca mejor
dicho dirección a uno de los más impresionantes rincones de la sierra, el
Corral del Valdeinfiernos donde pasamos por su laguna, es de esos sitios que
nunca me harto de pasar, el viento seguía arreciando de lo lindo, en una fuerte
subida llegamos a otro de los miradores de lujo, el Collado de Veta Grande
donde el viento se hacía aún más fuerte. Tras un leve respiro iniciamos la
bestial bajada hasta las Trancadas del Guarnón, que está en pleno apogeo con un
bonito verdor y gran cantidad de flores.
Seguimos por esos rinconcitos que siempre gusta de pasar, el Veredón Inferior,
no lo puedo describir, hay que pasarlo. Ya arriba donde se encuentra el
monumento a Susana la idea era de seguir bordeando los tajos del Campanario para
poner un gran colofón a la ruta pero el fuerte viento nos lo impidió, así que
derechito al barranco San Juan, a las 14 .30 horas llegamos a la Hoya de la
Mora con una espesa calima, jamás había visto esto en la sierra.
Han sido 23 kms. y 1760 m. de desnivel
de subida en total de los dos días. Hemos disfrutado posiblemente del mejor
finde en la sierra, para nosotros ha sido un orgullo poder enseñarle a LA
LEGIÓN INVENCIBLE la subida al Puntal de la Caldera. Y una vez más lo repito,
en la montaña con ellos, al fin del mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario