DEDICATORIA

Quisiera hacer mención a aquellas personas de las que son parte de este blog, de las que tanto he aprendido en el mundo de la montaña…

A mi AMIGO “Manue” que fue el que me dio el primer empujoncito haciéndome mapas y croquis en hojas de papel (aun yo no tenía internet) todos las semanas le pedía consejo de dónde ir, así durante años y a día de hoy aún le sigo consultando, qué difícil es escucharle decir “ahí no he subido".

A Antonio Muñoz del cual aprendí, digamos que casi todo, fue quien me enseñó la sierra de las Nieves, a conocer sus rincones, a conocer los nombres de las montañas y con quien me estrené en Sierra Nevada.

A Valeriano, nunca he conocido a nadie como ÉL, cómo saber moverse sin mapa, sin GPS, no le hace falta ningún sendero y llega a una cima en línea recta, a día de hoy las rutas de ir como cabras le llamo “ruta de Valeriano”.

Y como no, me falta Javier, el Mariscal de las Montañas , el saber Estar , la paciencia , sabe leer un track como nadie , y el que a base de cabezonería logró convencerme de comprarme un GPS , y ponerme al día con su funcionamiento y al que sigo dando la tabarra una y otra vez.

También agradecer a Rafael Flores su interés cada vez que le pido un track o le hago alguna pregunta, siempre me ha respondido, con la curiosidad de que no nos conocemos personalmente aunque hace ya unos 7 años nos presentaron el Pilar de Tolox y como no a mi último colaborador en proporcionarme nuevas rutas, Juan I. Amador, rey del Jurásico

Y acabar, como no, con mi inseparable compañera Inma con la que llevo hechas a día de hoy 502 cimas distintas de 17 provincias diferentes y una de Francia. Y LAS QUE NOS QUEDAN, seguramente sin ella no habría hecho ni la mitad de la montaña que llevo, imposible encontrar a acompañante mejor.

Y lo mejor de todo que me ha dado la MONTAÑA es haber conocido a tan buena gente del Grupo de Montaña de Estepona , de La Bota Viajera de Málaga, del Grupo los 13 de San Roque y del Comando Preston.

viernes, 2 de marzo de 2018

2018 - REALENGO , SIERRA DE CAMAROLOS



Entre las sierras del Co y del Jobo se alza una de las maravillas de nuestra provincia, la sierra de Camarolos. Cuatro años han pasado desde que la vistamos por última vez y para esta ocasión vamos a buscar una nueva forma de subir hacia el nacimiento del Guadalmedina y llegar al  Realengo su cima más al sur. Tenemos lujazo de compañía, pareja curtida en mil batallas, Pastora, botánica de pro y Javi, Maestro de Maestros. Por Villanueva del Rosario llegamos al Llano del Hondonero y por una pista empezamos la caminata a 4 grados. Tenemos delante la hermosa figura del tajo de la Madera, cogemos rápidamente altura hasta que entramos en plena sierra en una gran planicie, valle o no sé  cómo  definirla adornadas con arces, acebuches una gran pared caliza a nuestra izquierda, dirección suroeste cogemos dejando también a nuestra izquierda un cortijo, o refugio ya abandonado pegado a una de las paredes, pasamos la primera de decenas de vallas del día. Hoy vamos a intentar adentrarnos por un sitio distinto por donde bajamos la última vez y aprovechamos el primer tramo de otra valla rota a nuestra izquierda, íbamos subiendo paulatinamente por el lugar más cómodo que veíamos, rincones de gran belleza por los que pasábamos los arces le daban un color muy especial al entorno, nuestra sorpresa fue el encontrarnos algún que otro hito y así llegamos a la base de la Cruz del Camarolos en plenos corazón de la sierra, dejamos atrás su punto más alto y bajamos  al bonito valle?, estamos en el nacimiento del río Guadalmedina, seguimos dirección suroeste sobre un verde manto de hierba, atrás dejamos un pozo de nieve, cuando el camino empieza a bajar giramos a la izquierda e iniciamos de “aquella” manera una subida de piedra en piedra entre grandes rajas y agujeros, llegamos a una especie de collado donde nos quedamos en babia ante nuestra visión hacia la sierra del Enebral, Morrón de la Gragea y la inconfundible Peña Negra, bajamos a un bonito prado, ya teníamos frente a nosotros al sur nuestro destino, el Realengo, volvemos a empezar la última y dificilísima subida, por un lapiaz al que no podías perder de vistas en ningún momento, no recomiendo el subir al Realengo a personas que no estén habituadas a meterse en este tipo de berenjenales, nos daba igual la dificultad, teníamos a tiro nuestro destino, a las dos y media llegamos al Realengo (1426 m.) estábamos en el “Cielo”, el día fue de película, grandes nubarrones que iban y venían, nieblas que bajaban y subían de ahí ese maravilloso reportaje de fotos que pudimos sacar, como no aquí comimos. Volvimos sobre nuestros pasos, nos hubiera gustado seguir con la ruta en plan exploración pero todavía los días no son muy largos y no nos fiábamos del tiempo y menos en el terreno que pisábamos. Una vez llegamos de nuevo al nacimiento del Guadalmedina en vez de seguir por el cómodo camino que en unos 2 kms nos llevaría al collado que divide esta sierra de la del Jobo, Javi nos llevó por donde paso hace ya bastantes años, pegados a las paredes de nuestra izquierda donde están “ las Tetas del Camarolos”, un bonito paso entre trepadas y destrepes , las zarzas y las vallas se interponían una y otra vez hasta el punto que tuvimos que salir al camino fácil porque ya se cerró el paso por completo, coincidió que estábamos prácticamente en el collado que en direccíon norte nos llevaría por lo que suele ser la clásica subida o bajada  a esta sierra, una gran manada de cabras montesas nos miraban fijamente desde la cesta de los paredones a nuestra derecha.
Espectacular ruta de 10.570 metros y un desnivel de subida de 537 metros




















































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