Alayos de
Dílar, la gran tapada por Sierra Nevada, volvemos por tercera vez con la intención de hacer la Integral, subir a los Gallos y conocer algunos tramos que nos
faltan. A las 9.30 horas salimos del área recreativa del río Dílar dirección
sur por una pista en ascenso, pronto a nuestra izquierda aparece ya con el sol
encima la bonita silueta de la Boca de la Pescá, en media hora dejamos la pista
y giramos hacia la izquierda para adentrarnos en el barranco de Poca Leña, todo esto ya lo
conocíamos, en fuerte subida entramos en el precioso sendero que en zigzagueos
nos pone en un collado que divide al cerro Abantos ( que lo subiremos en otra
ocasión) y al Picacho Alto que ya lo subimos, ante nosotros ya tenemos de
frente al Corazón de la Sandía y al majestuoso Trevenque. Cogemos un sendero que bordea al Picacho por la izquierda, no tiene más de un metro de
ancho, a nuestra izquierda tenemos el barranco de la Cuesta del Sauco, en
algunos tramos se estrechaba bastante, pasamos varias vertientes hasta que
enlazamos con el sendero que baja del Picacho, eran 12.50 minutos. Media hora
después pasamos por delante del Corazón de la Sandía al que ya subimos en la
anterior visita a Alayos, también decidimos no llegar a los Puntales del Tigre,
no nos fiamos del tiempo ( y menos mal que no fuimos ), a partir de ahora ya es
territorio Comanche, caminamos por un estrechísimo sendero sobre el barranco de
Prado Seco y el de la Magara, que llevábamos a la derecha y espectaculares atalayas sobre nuestras cabezas
a la izquierda, hubo momentos que el sendero se perdía por las torrenteras,
había que poner los cinco sentidos ya que te podías ir barranco abajo. Llegamos
al punto donde o bien puedes subir al
Castillejos punto más alto de esta sierra ( que también lo subimos en su día )
o a los Gallos, segundo punto más alto, y hacia éste que nos vamos girando 180 grados a la derecha, sin sendero fuimos por
donde mejor intuíamos el camino, Los Gallos y nunca mejor dicho es un
maravilloso conjunto de crestas, una vez en la base empezamos a trepar hasta
llegar a su punto más alto ( 1907 m. ),
frente a nosotros tenemos toda la cordal desde el Caballo al Veleta, son las
15.30 horas, bajamos por la cara opuesta es decir por la cara sur que era algo
más “cómoda”, volvemos al sendero principal. Llegamos al collado del Pino donde
hicimos otra paradita para comer, el sol pegaba de lo lindo y el añadido que
Eolo no apareció durante toda la ruta. Son las 17.10 horas, nos quedaban dos
horas y media de luz solar y 10 kms de ruta de los cuales conocíamos la mitad.
Ahora bajamos moderadamente introduciéndonos en la Cuesta del Pìno, metidos en
un tupido pinar, por fin tenemos sombra,
aceleramos la marcha, llegamos al cruce que bien te lleva a la toma de la canal
o al rio Dílar que era nuestro camino, sobre nosotros tenemos los crestones que
forman los “otros” Tajos de la Virgen, llegamos a una torrentera donde los
desprendimientos se ven que están al orden del día, sabía que había algo así
pero no lo que nos venía, ahora tocar subir, cosa que jode mucho a la vuelta,
tuvimos que sacar fuerzas de donde no las
teníamos y como se suele decir “ponernos el mono de trabajo”, el tiempo iba
pasando, en la siguiente torrentera el
sendero estaba desaparecido pero se podía pasar, pasamos por dos más, cada vez con más dificultad, el terreno se
desmoronaba ante nuestros pasos, otra vez subida, otra vez bajada, más árboles
caídos en el camino, cada vez menos horas de luz hasta que llegamos a la última
torrentera, ni que decir tiene que aquí no quedaba sendero, teníamos un gran
salto hacia arriba para poder continuar , no podías coger ni por abajo ni por encima, el terreno
se desmoronaba en nuestros intentos, hasta que no se aún como pude subir al
sendero, torpe de mi, el subir primero y dejar a Inma abajo, a ella le fue
imposible subir, así que tuve que volver a bajar para darle un impulso y
clavando las uñas en el terreno se pudo agarrar, y lo peor de todo es que si
resbalas te vas para abajo y te puede
costar la vida. Es la primera vez que lo
hemos pasado mal en la montaña, pero tiramos de la experiencia de no perder la
calma, eso sí el que escribe estaba que echaba humos, me sentía impotente por
la falta de información del estado terreno, se que estamos en la montañ y no
vamos por el paseo de un parque pero si llegamos a ser principiantes, que
hubiera pasado ?. Aquí te coge la noche y lo mejor es buscarte un buen refugio
y proseguir al amanecer. Aún nos quedaban 5 kms de ruta, en 20 minutos llegamos
al punto donde ya conocíamos y sabíamos que ya no tendríamos problemas, una vez
llegamos a la parte más baja del Barranco de Rambla Seca se fue el sol, metidos
entre gigantes paredones nos relajamos aunque aún nos quedaban 3 kms. de ruta
nocturna.DEDICATORIA
Quisiera hacer mención a aquellas personas de las que son parte de este blog, de las que tanto he aprendido en el mundo de la montaña…
A mi AMIGO “Manue” que fue el que me dio el primer empujoncito haciéndome mapas y croquis en hojas de papel (aun yo no tenía internet) todos las semanas le pedía consejo de dónde ir, así durante años y a día de hoy aún le sigo consultando, qué difícil es escucharle decir “ahí no he subido".
A Antonio Muñoz del cual aprendí, digamos que casi todo, fue quien me enseñó la sierra de las Nieves, a conocer sus rincones, a conocer los nombres de las montañas y con quien me estrené en Sierra Nevada.
A Valeriano, nunca he conocido a nadie como ÉL, cómo saber moverse sin mapa, sin GPS, no le hace falta ningún sendero y llega a una cima en línea recta, a día de hoy las rutas de ir como cabras le llamo “ruta de Valeriano”.
Y como no, me falta Javier, el Mariscal de las Montañas , el saber Estar , la paciencia , sabe leer un track como nadie , y el que a base de cabezonería logró convencerme de comprarme un GPS , y ponerme al día con su funcionamiento y al que sigo dando la tabarra una y otra vez.
También agradecer a Rafael Flores su interés cada vez que le pido un track o le hago alguna pregunta, siempre me ha respondido, con la curiosidad de que no nos conocemos personalmente aunque hace ya unos 7 años nos presentaron el Pilar de Tolox y como no a mi último colaborador en proporcionarme nuevas rutas, Juan I. Amador, rey del Jurásico
Y acabar, como no, con mi inseparable compañera Inma con la que llevo hechas a día de hoy 502 cimas distintas de 17 provincias diferentes y una de Francia. Y LAS QUE NOS QUEDAN, seguramente sin ella no habría hecho ni la mitad de la montaña que llevo, imposible encontrar a acompañante mejor.
Y lo mejor de todo que me ha dado la MONTAÑA es haber conocido a tan buena gente del Grupo de Montaña de Estepona , de La Bota Viajera de Málaga, del Grupo los 13 de San Roque y del Comando Preston.
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miércoles, 24 de octubre de 2018
2018 - LOS GALLOS, ALAYOS DE DÍLAR
Alayos de
Dílar, la gran tapada por Sierra Nevada, volvemos por tercera vez con la intención de hacer la Integral, subir a los Gallos y conocer algunos tramos que nos
faltan. A las 9.30 horas salimos del área recreativa del río Dílar dirección
sur por una pista en ascenso, pronto a nuestra izquierda aparece ya con el sol
encima la bonita silueta de la Boca de la Pescá, en media hora dejamos la pista
y giramos hacia la izquierda para adentrarnos en el barranco de Poca Leña, todo esto ya lo
conocíamos, en fuerte subida entramos en el precioso sendero que en zigzagueos
nos pone en un collado que divide al cerro Abantos ( que lo subiremos en otra
ocasión) y al Picacho Alto que ya lo subimos, ante nosotros ya tenemos de
frente al Corazón de la Sandía y al majestuoso Trevenque. Cogemos un sendero que bordea al Picacho por la izquierda, no tiene más de un metro de
ancho, a nuestra izquierda tenemos el barranco de la Cuesta del Sauco, en
algunos tramos se estrechaba bastante, pasamos varias vertientes hasta que
enlazamos con el sendero que baja del Picacho, eran 12.50 minutos. Media hora
después pasamos por delante del Corazón de la Sandía al que ya subimos en la
anterior visita a Alayos, también decidimos no llegar a los Puntales del Tigre,
no nos fiamos del tiempo ( y menos mal que no fuimos ), a partir de ahora ya es
territorio Comanche, caminamos por un estrechísimo sendero sobre el barranco de
Prado Seco y el de la Magara, que llevábamos a la derecha y espectaculares atalayas sobre nuestras cabezas
a la izquierda, hubo momentos que el sendero se perdía por las torrenteras,
había que poner los cinco sentidos ya que te podías ir barranco abajo. Llegamos
al punto donde o bien puedes subir al
Castillejos punto más alto de esta sierra ( que también lo subimos en su día )
o a los Gallos, segundo punto más alto, y hacia éste que nos vamos girando 180 grados a la derecha, sin sendero fuimos por
donde mejor intuíamos el camino, Los Gallos y nunca mejor dicho es un
maravilloso conjunto de crestas, una vez en la base empezamos a trepar hasta
llegar a su punto más alto ( 1907 m. ),
frente a nosotros tenemos toda la cordal desde el Caballo al Veleta, son las
15.30 horas, bajamos por la cara opuesta es decir por la cara sur que era algo
más “cómoda”, volvemos al sendero principal. Llegamos al collado del Pino donde
hicimos otra paradita para comer, el sol pegaba de lo lindo y el añadido que
Eolo no apareció durante toda la ruta. Son las 17.10 horas, nos quedaban dos
horas y media de luz solar y 10 kms de ruta de los cuales conocíamos la mitad.
Ahora bajamos moderadamente introduciéndonos en la Cuesta del Pìno, metidos en
un tupido pinar, por fin tenemos sombra,
aceleramos la marcha, llegamos al cruce que bien te lleva a la toma de la canal
o al rio Dílar que era nuestro camino, sobre nosotros tenemos los crestones que
forman los “otros” Tajos de la Virgen, llegamos a una torrentera donde los
desprendimientos se ven que están al orden del día, sabía que había algo así
pero no lo que nos venía, ahora tocar subir, cosa que jode mucho a la vuelta,
tuvimos que sacar fuerzas de donde no las
teníamos y como se suele decir “ponernos el mono de trabajo”, el tiempo iba
pasando, en la siguiente torrentera el
sendero estaba desaparecido pero se podía pasar, pasamos por dos más, cada vez con más dificultad, el terreno se
desmoronaba ante nuestros pasos, otra vez subida, otra vez bajada, más árboles
caídos en el camino, cada vez menos horas de luz hasta que llegamos a la última
torrentera, ni que decir tiene que aquí no quedaba sendero, teníamos un gran
salto hacia arriba para poder continuar , no podías coger ni por abajo ni por encima, el terreno
se desmoronaba en nuestros intentos, hasta que no se aún como pude subir al
sendero, torpe de mi, el subir primero y dejar a Inma abajo, a ella le fue
imposible subir, así que tuve que volver a bajar para darle un impulso y
clavando las uñas en el terreno se pudo agarrar, y lo peor de todo es que si
resbalas te vas para abajo y te puede
costar la vida. Es la primera vez que lo
hemos pasado mal en la montaña, pero tiramos de la experiencia de no perder la
calma, eso sí el que escribe estaba que echaba humos, me sentía impotente por
la falta de información del estado terreno, se que estamos en la montañ y no
vamos por el paseo de un parque pero si llegamos a ser principiantes, que
hubiera pasado ?. Aquí te coge la noche y lo mejor es buscarte un buen refugio
y proseguir al amanecer. Aún nos quedaban 5 kms de ruta, en 20 minutos llegamos
al punto donde ya conocíamos y sabíamos que ya no tendríamos problemas, una vez
llegamos a la parte más baja del Barranco de Rambla Seca se fue el sol, metidos
entre gigantes paredones nos relajamos aunque aún nos quedaban 3 kms. de ruta
nocturna.





















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