EPOPEYA A LOS HÉROES DE LA BATALLA DE LA PALMITERA.
Llegó el “gran” día, tercer intento de la sierra Palmitera, la primera hacía ya seis años, nos quedamos a las puertas de llegar a la Encinetas, nos faltó horas de luz, ya nos dejó mal recuerdo, pinchos, pinchos y más pinchos. La segunda el fortísimo viento nos impidió hacer la crestería y aprovechando que nuestro club hacía la integral no perdimos la ocasión del tercer intento. Dejamos los coches en el puerto del Alisal, frente a la Zagaleta y un minibús nos llevó hasta la Fuenfría Alta (sierra de las Nieves).
Unos 20 componentes iniciamos el desafío a las 9 horas dirección al puerto de los Realejos. A partir de aquí comenzamos a subir hasta llegar al cerro de las Aguzaderas (1354 m.), en este punto es donde conecta por el cortafuegos desde el puerto del Madroño por donde subimos con Pastora y Javi la primera vez. A todo esto el día estaba “limpio” nada de bruma ni de neblina debido a las lluvias de dos días atrás. Seguimos encaminados dirección sur por la cresta de peridotita, las aulagas empezaban a darnos la bienvenida pero aún se andaba bastante “bien”. Una vez pasamos por el cerro Becerrin ( 1418 m.) empieza la diversión, aulagas, coscojas, matorral alto nos esperaban con los brazos abiertos, llegó un momento donde nos metimos en un mar de aulagas que pasaban por encima de nuestras cabezas, siempre que se podía avanzábamos por la cresta haciendo malabares, subiendo y bajando constantemente. Llegamos al cerro de las Trincheruelas (1432 m.). Seguimos con nuestra peregrinación, el primer destino estaba más cerca, la batalla se empezaba endurecer pequeñas subidas y bajadas te iban machacando sin darte cuenta, y por fin nos pusimos en lo más alto de esta Palmitera, La Encinetas (1473 m.). Nos hicimos la foto de grupo, eran 13.40 horas, un gran ritmo teniendo en cuenta por dónde íbamos. Seguimos “palante”, ahora empieza la guerra psicológica. Vamos a por nuestro último destino. Iniciamos una fuerte bajada siempre en dirección sur para adentrarnos en el pasaje del terror, y me quedo corto. Cada paso que se daba era un calvario, sino te pinchabas, te enganchaba con una raíz o te subía en una piedra suelta, no había tregua, miraba hacia atrás a la Encinetas y en ella se abría el ojo de Mordor, vigilándonos, maldiciéndonos por haber truncado su paz y diciéndonos “aún no os habéis escapado” . Inmersos en una jungla llena de trampas, pero íbamos tan concentrados y motivados que nada podía con nosotros. Me acordaba de nuestro amigo Julio cuando me contó lo que era este tramo de la ruta. Dos horas!!!!!! ….Es lo que tardamos en llegar al Castillejo de los Negros (1375 m.) No hay palabras para describir la satisfacción por haber llegado hasta aquí, quizás sea el mejor mirador natural de toda la Costa del Sol. Ahora si podemos decir a los cuatro vientos que hemos conquistado toda la provincia de Málaga. Juani nos estuvo contando la historia del nombre de esta cima mientras nos deleitábamos con las vistas.
Toca la merecida comida, son las 16 horas, no dejaba de mirar a un lado y a otro, con el orgullo de todo lo que veía tanto Inma como yo lo habíamos subido, eso sí, Marruecos no cuenta. Toca la bajada, el gran desafío, la batalla final, el acabar esta gratificante pesadilla, nos esperan 1200 metros de bajada. Como no, comenzamos con tortuosos pasos que apenas avanzaban, las aulagas, palmitos, coscojas seguían siendo los protagonistas. Tuvimos un pequeño respiro de unos 20 minutos donde andamos cómodamente por un pinar. Las fuerzas se van difuminando, el tiempo va pasando, los tirones empiezan a salir en algunos, el tiempo se nos echa encima, pero seguíamos resistiendo, interminable, dura, criminal, no hay calificativos para describir esta bajada. Las caídas se sucedían de casi todos los componentes del grupo .Según nos contó Juani teníamos como referencia una de las torretas de la luz. Con una preciosa puesta de sol llegamos a las torretas. Teníamos dos opciones, una más larga que nos llevaría a la ansiada pista y que la levábamos en el trak y otra más corta seguir dirección sur, pero eso sí, en plan aventura, las ganas de llegar creo que fue el determinante de ir a por la más corta. Con Antonio Pascual esta vez a la cabeza empezamos a andar por un pateo, la noche estaba prácticamente encima, la pista apenas a 150 metros, aquí el grupo se dividió, fue el único lapsus del día, mientras una parte del grupo llegó a la pista, los demás nos metimos en un verdadero infierno, en un pinar muy cerrado con muchísima inclinación, la teníamos a escasos 50 metros , pero tanta inclinación no era normal, Juani y Jorge se arrimaban para buscar la salida de pronto los que estábamos más arriba esperando oímos un caer rodar de piedras abajo, fue Jorge el que cayó al apoyarse en una gran piedra, quería hacer surf nocturno sobre las piedras, suerte, mucha suerte tuvo al salir ileso, fueron más de tres metros de caída, cada vez voy entendiendo más porque le llaman el Titán, la tensión subió entre algunos de nosotros incluido yo, somos humanos, pero fue cuestión de segundos ya que habíamos gente con muchos kilómetros encima en montaña, la experiencia y la vuelta a la calma nos ayudo a seguir en la batalla. Por otro lado la otra parte del grupo ya estaban abajo en la pista intentando buscarnos una salida, yo me voy hacia la derecha pero era imposible avanzar y menos con noche cerrada, así que decidimos volver hacia arriba para intentar buscar la salida que cogieron los otros compañeros, por otro lado Manolo y Emilia en vez de subir decidieron seguir a la izquierda siguiendo la curva de nivel. Los demás subimos y cuando creímos que estábamos en el lugar exacto empezamos a bajar, la otra parte del grupo desde la pista nos guiaban hasta que Mabel subió en busca nuestra.
Una vez en el carril, besé el suelo como suele hacer el Papa. A las 21.15 horas llegamos a los coches.
Han sido 15 kms. Con desnivel de subida de 622 metros y 1390 metros de bajada. Han sido 12 horas de caminar, saltar, maldecir y como no disfrutar, sí disfrutar porque teníamos muy clarito a lo que nos enfrentábamos y aún así fuimos.
Lo de hoy no la puedo denominar una ruta, ha sido una BATALLA de la montaña contra los montañeros donde el orgullo y el compañerismo de CASI todos han podido con la Palmitera, sierra agreste, salvaje y traicionera donde las haya y a la vez bonita y que nos ofrece unas vistas impresionantes.
HASTA SIEMPRE PALMITERA




























 
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