Un año después volvemos al Pirineo Occidental y una vez más a la selva de Oza está vez para subir a una de las más bonitas montañas que puedas ver, el Castillo de Acher. A las 9.15 horas y con unos 13 grados de temperatura comenzamos los 6.7 kms. de subida y con casi 1400 m. de desnivel. Dejamos el coche junto al refugio de Oza y cruzando el puente del río Aragón Subordan nos metemos en un espeso bosque de hayas y pinos. Con marcado sendero empezamos a subir, subir, subir. Tal era la espesura que no le colaba ni un rayo de sol. Pasamos por el barranco Espata, vamos dirección sureste. Hora y media después salimos del bosque, ya tenemos ante nosotros la maravillosa fortaleza que es esta montaña. Seguimos cogiendo altura, vacas por aquí, vacas por allá. Son las 11.30 horas, es la hora del plátano, llevamos ya sobre 600 metros de desnivel. Ante nosotros tenemos unas vistas de ensueño, Mesa de los Tres Reyes (techo de Navarra), Mallo Acherito, los Alanos, Chipeta, etc., etc. Aquí estuvimos unos 20 minutos. Y seguimos subiendo, subiendo siempre por un sendero, a la derecha tenemos el refugio Castillo de Acher, apropiado por vacas a todo su alrededor y por encima de éste el Puntal de Valencia. El rojizo del terreno, el verde de la hierba, el cielo azul y las blanquecinas paredes de la fortaleza hace un lugar idílico. Sobre las 13.20 horas ya dejamos el sendero y nos metemos en una pedrera, el terreno se pone a un 55% de desnivel, hasta que nos colamos por una canal en el castillo después de una pequeña trepada. Estamos en el collado, aquí cambia todo el paisaje, ahora vamos por un cómodo sendero que nos llevará al puntal más alto de esta imponente montaña. Eran 14.25 horas cuando llegamos a la cima adornada en su cumbre por un pequeño castillo metálico. De norte a sur y de este a oeste las vistas se te perdían entre montañas y más montañas. Como no, aquí comimos y estuvimos 45 minutos de relax. La primera parte de la bajada no la hicimos como el 99% de la gente que sube, en vez de bajar por el sendero nos salimos de éste para ir pegados a los cortados y admirar los grandes paredones de esta montaña, así hasta llegar a la canal por la que entramos, y ahora a deshacer lo subido. También nos entretuvimos más de veinte minutos con una marmota para poder grabarla. Con toda la calma del mundo y saboreando las vistas antes de introducirnos en el bosque fuimos bajando. A las 19.30 horas llegamos al coche, como no, ya sin nadie en el entorno de la selva de Oza. Ruta dura donde las haya, con poca dificultad técnica.
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