lo GRANDE.
Novena ruta de la temporada por nuestra segunda casa, Sierra Nevada, hoy toca el Mulhacen seis años después, pero esta vez a lo “grande”, después ya de subirlo por la loma, por la cuerda del Resuello y por la Caldera esta vez toca por su cara noreste.
En esta ocasión vamos, como no, con Zemi , Ana y Manuel a los que no veíamos desde enero, es decir compañía con muchos galones en la montaña.
A las 11.50 horas salimos desde el Alto del Chorrillo (2720 m.) habiendo cogido la lanzadera en Capileira y con los coches en la Hoya del Portillo.
Nos vamos por la pista dirección a la Caldera, con una agradable temperatura, antes de llegar al refugio nos salimos dirección norte para buscar la entrada a uno de los pasos más espectaculares de Sierra Nevada, el Vasar del Mulhacen, al que pasamos hace ya cinco años. El cielo se encapotó lo que nos vino muy bien, por un lado para quitarnos calor y otra por la grandeza que cogen las fotografías con nubarrones. Con cascos puestos por seguridad nos introducimos en este “mágico” lugar. Aquí no valen las prisas (aunque nosotros nunca las tenemos), primero porque hay que asegurar el paso si no quieres acabar en la laguna de la Mosca y segundo porque hay que disfrutarlo, saborearlo, vivirlo. Conforme avanzamos llevamos de frente a la Reina (Alcazaba) y si miramos atrás la esbelta silueta del Puntal de la Caldera, Los Machos, Veleta y más abajo el Juego de Bolos. Sobre nuestras cabezas tenemos los enormes paredones que terminan en el punto más alto de la península Ibérica y bajo nosotros en algunas zonas unos cortados que te quitan el hipo cuando miras hacia abajo. Llegamos a la fuente natural del Viejo Lobo, la más alta de España donde mana agua de sus paredes, quizás es la mejor agua que nunca haya bebido. Nos queda poco para llegar al arreón final que en una empinada subida nos lleva al collado de Siete Lagunas. La adrenalina la tenemos por las nubes, pero esto solo ha hecho empezar. Son las 15.40 horas. No, no vamos a comer aquí, solo un pikislabi, sabemos que nos queda lo peor de la ruta. Los cinco vamos a tomar la alternativa en la subida noreste del rey (Mulhacen). Dirección sur comenzamos por una enorme pedrera y terreno descompuesto que tenemos ante nosotros, empinada, muy empinada, comenzaba la subidita, si te descuidas el terreno te lleva “pabajo”. Vamos buscando el paso más “cómodo” posible, hay hitos que nos sirven de guía pero aquí el terreno cambia cada año, nos pegamos a unas paredes para facilitar el avance y así poder agarrarnos. Llegamos a un punto donde nos vimos y nos las deseamos para subir, no te podías fiar ni de las grandes piedras para agarrarte ya que se podían desmoronar y llevarte hacia abajo. Después de 25 minutos de subida llegamos a un punto donde el avance se hizo más llevadero, así hasta una plataforma desde donde puedes acceder a la cara norte. Aquí estuvimos unos 10 minutos para bajar un poco la tensión que teníamos en el cuerpo. Pasamos a la cara norte ya que se veía un buen avance, cuando mirabas por los cortados hacia la Mosca se te ponía la piel de gallina, hubo un momento que estuvimos dando vueltas si tirar por un lado o por otro, menos Manuel que subió por encima de las grandes moles de piedras, los demás pasamos por una repisita que aunque solo eran unos cinco metros te cortaba la respiración, yo que no tengo vértigo no se me ocurrió ni por un momento mirar hacia abajo, salimos echando leches de este paso. La tensión y la adrenalina iban en aumento. Estamos sumergidos en un mar de gigantes bloques de piedras, cada uno va por un lado intentando buscar el mejor paso, la cosa se complicó un poco donde menos lo esperábamos, pero pudimos salir del laberinto y llegar a la cima, que satisfacción!!!!!!!!!!!!!!!!!!, a las 18 horas teníamos a toda la península Ibérica a nuestros pies, ahora SÍ vamos a comer, contra todo pronóstico tan solo había tres personas en la cima así que vamos a disfrutar aún más, de las vistas, de la comida y del lugar donde nos encontramos. Casi 45 minutos después seguimos la marcha, la idea era bajar por la cuerda del Resuello para llegar al collado de Siete Lagunas pero solo quedaban dos horas de luz y 11 kms. que aunque de bajada tenían su miga. Un precioso mar de nubes nos va a acompañar en la bajada, llegando a la cota de los tres mil metros las nubes nos “tragaron” y nos envolvieron entre ellas , el viento las hacían de ir de un lado a otro como si estuvieran bailando un vals . A la altura del Alto del Chorrillo tuvimos una vez más una bonita puesta de sol, la bajada se estaba haciendo eterna. A algo más de las 11 de la noche llegamos extasiados a los coches y mas que los 21 kms., y los 850 m. de desnivel de subida y los 1400 m. de desnivel de bajada ha sido por la fuerte tensión que hemos tenido que afrontar en el vasar y sobre todo en la subida. Ahora podemos decir que hemos subido al Mulhacen a
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